Vicente Luna Hernández
La realidad es que lo que ayer era anormal hoy es tan normal y lo que era anormal hoy se ve tan normal que no amerita una exclamación de asombro ni nada parecido, lo cierto es que los hechos de violencia y malas costumbres están en el acontecer diario de nuestra convivencia social, es importante mantener comunicación con las nuevas generaciones para hablarles del México que no hay que dejar ir aunque no acusen de “anticuados”.
Hoy lo “atractivo” es que personajes públicos: actores, cantantes, políticos, entre otros, saquen a relucir ese lenguaje florido que despierta simpatías y halagos ¿por qué? Por qué se piensa que es el vocabulario del pueblo bueno y a través de él, se logra una mayor conexión con la masa social, hoy somos testigos como en los medios masivos de comunicación la grosería, el albur grotesco, las palabras ofensivas sin recato alguno, se dicen de manera cínica y descarada, hoy vemos que las buenas costumbres de mostrar recato y respeto al auditorio pasó a segundo plano o tal vez, al último.
Hoy varios integrantes de la clase política –muchos de los cuales lo que menos tienen es clase – presume de ser pueblo, creen que su mejor carta de presentación y la misma que le dará votos y mayor aceptación es mostrar de manera burda su empatía con las clases sociales más desprotegidas, hablar, caminar, agarrar el taco y actuar de manera grotesca copiando los modos y modales del pueblo les da una mayor aceptación social aunque se vean falsos y ridículos, ¿ en serio piensan que eso les dará la simpatía, el reconocimiento y respeto que buscan de manera desesperada? ¿La solemnidad, el hablar con propiedad, con respeto al contrincante y con conocimiento sobre los temas de interés público que ayer era lo normal hoy es lo anormal? ¿Esa normalidad es parte del pasado?
La realidad es que lo de hoy es mentar madres, presumir de manera vulgar y corriente sus presuntas fortalezas y lanzar sin ton ni son improperios, ofensas, calificativos “chistosos” y denigrantes a sus adversarios políticos y a quienes no comparten sus puntos de vista, en este circo – lamentablemente – muchos actores políticos contribuyen de menara irresponsable, ¿no están consienten que lo que ellos dicen sus seguidores los replican en la calles y en sus entornos familiares y sociales? ¿No están conscientes que son y deben ser un ejemplo de actitud y de comportamiento a las nuevas generaciones?
Lo cierto es que me refiero a los personajes públicos porque son ellos los que mayor impacto social tienen entre la sociedad, son ellas y ellos los que deben de ajustar su actuar a los parámetros de lo políticamente correcto y las buenas costumbres, el respeto entre la sociedad nunca pasara de moda, soy de la idea que las personas públicas tienen una gran influencia en las conductas sociales de la población, las personas públicas – deportistas, artistas, representantes populares, entre otros, – deben de recordar los consejos de las abuelas: ”Respeta y serás respetado” “ los buenos días a nadie se le niegan” “la humidad es la llave que abre todas las puertas” “ trata como quieras ser tratado” ¿ por qué es tan difícil hoy hablar sin decir majaderías al aire de manera pública? ¿Quién dijo que esa actitud da votos?
Las y los jóvenes deben de “copiar” lo socialmente bueno, lo que contribuya a una sana convivencia ¿Por qué se ve anormal que un hombre le dé el paso a una dama? ¿Por qué se ve anormal que se respete la entrada a un garaje particular? ¿Por qué se ve anormal que un político hable bien de su adversario o le reconozca algún atributo?
Mucho se habla de la revolución de las conciencias, mucho se habla de que el pueblo es bueno ¿cuándo un camión se voltea con productos – de cualquier tipo – a media carretera ¿ sale el pueblo a saquear o a auxiliar’ ¿ hay alguna condena social o penal al respecto? ¿Por qué es normal lo que se ve anormal en otras partes del mundo?¿Qué tipo de pueblo es el que sale a saquear con la complacencia de la autoridad ¿ la presunta venta de niñas en la sierra de Zongolica es parte de la “normalidad” social de la zona? ¿El despilfarro de recursos económicos hoy – tal vez de origen público – que ayer era anormal y era condenado socialmente ¿ es parte de la revolución de las conciencias que tanto se pregona hoy? ¿Para nuestro desarrollo democrático lo anormal contribuye a un mejor México?
Algunos criticaran mis palabras, otros tal vez compartan mi punto de vista, lo cierto es que la agitación social, la crispación, ese aire de inseguridad en la calles y la confrontación permanente entre partidos y actores políticos en nada ayuda a la sana convivencia social que debe ser un derecho y en el que todos debemos de contribuir, lo anormal en todos los ámbitos de la vida debe ser señalado y discutido y si es necesario, sancionado, lo normal es el respeto permanente que nunca pasa de moda por mucha tecnología que haya, por mucha inteligencia artificial que exista,¿ quién se ofende de que lo traten con respeto?
P.D.- Con el ánimo que lo que ayer era normal deje de verse anormal y lo anormal de hoy deje de verse normal….Escribiré otro día.